El ecosistema marino de Galicia es uno de los de mayor biodiversidad del mundo por sus condiciones únicas. La costa gallega está compuesta principalmente por rías, antiguos valles fluviales que quedaron sumergidos por la penetración del mar en el litoral a lo largo de decenas de kilómetros.

Las Rías Baixas cuentan con una vida marina abundante, de ahí que la pesca y las actividades acuícolas representen el 3% del Producto Interior Bruto de Galicia (Comisión Europea, 2007). En este sentido, Galicia tiene la mayor producción de productos del mar transformados de Europa y, en algunos casos, del mundo (conservas de mejillones), por lo que esta comunidad autónoma depende en gran medida de dichas actividades.

Muchas industrias de las Rías Baixas se dedican a transformar pescado y marisco crudo procedentes del mar en productos con una calidad organoléptica y una vida útil mayor, es decir, en productos de mayor valor añadido. No obstante, el proceso de producción se caracteriza por un elevado consumo de agua y la subsiguiente emisión de grandes cantidades de aguas residuales que requieren un tratamiento adecuado.